Una persona con Trauma Emocional mantiene adormecidos buena parte de sus sentimientos, lo cual puede tener efectos en cualquier ámbito de su vida, incluida la salud (problemas digestivos, dolores permanentes, o dolencias físicas de cualquier tipo) las relaciones, los estados emocionales (depresión, ansiedad o inseguridad continua), o los estados mentales (falta de motivación o desinterés).

Un Trauma Emocional temprano en la vida de la persona generará un freno en su evolución emocional y madurativa.

Nuestra programación subconsciente es la que facilita o posibilita la generación de Traumas emocionales. No son por lo tanto las circunstancias traumáticas, sino nuestra forma de interpretarlas y de responder a ellas. Son nuestras creencias las responsables últimas de la generación de Traumas emocionales.