¡El sueño también es un alimento para el cuerpo! La falta de sueño elimina el
equilibrio entre las hormonas (leptina y grelina) responsables de hacer que
tengamos hambre y que nos sintamos saciados.


Generalmente las personas que no duermen bien acaban comiendo en exceso
cuando su cuerpo deja de emitir los adecuados mensajes hormonales. La grasa
abdominal altera las mismas hormonas. Y esto crea un ciclo que se autoperpetúa
y que es insano y potencialmente peligroso.