Hay tres emociones principales que causan el sobrepeso y la obesidad, estas son las que más se presentan en los cambios de la salud mental y física de tu cuerpo: 1. Ansiedad: Es la respuesta de nuestro cuerpo a una amenaza, en muchos casos se experimenta sin existir ninguna. Cuando se produce de esta manera, sin que exista un riesgo recurrente la reacción más común es comer cualquier cosa, creyendo que esto eliminará la ansiedad. 2. Tristeza: Este aspecto se relaciona bastante con el sobrepeso ya que el cerebro produce estrés, porque la mente necesita satisfacción a corto plazo para la baja autoestima y la comida suele alimentar ese estímulo positivo. 3. Soledad: Es sentir que no se tiene a nadie. Muchos piensan que comer los ayudará a llenar ese vacío entre las diversas formas que existen pero lo que esto realmente hace cuando se come en exceso es un riesgo cada vez mayor para la salud. Aunque comas y comas detrás de todo la soledad puede persistir.
La Bioneuroemoción como terapia para combatir la obesidad y el sobrepeso
La Bioneuroemoción entiende el cuerpo como un perfecto medio de comunicación entre la persona, su conciencia y el entorno. En este sentido, es relevante el ambiente emocional que la persona vive cuando experimenta variaciones significativas en su peso, puesto que nuestro cuerpo reacciona para adaptarse a una situación que percibimos como estresante. La bioneuroemoción niega el origen biológico de las enfermedades y aseguran que la cura pasa por resolver nuestros conflictos emocionales. Es importante analizar la historia de cada persona, puesto que cada uno de nosotros tiene su propia idiosincrasia que le hace percibir una situación como estresante. No solo nuestro peso, sino toda nuestra conducta alimentaria en general, tienen condicionamientos inconscientes que la supeditan. Tanto el metabolismo como las conductas relacionadas con la alimentación están tan ampliamente relacionadas con las emociones. Por ello, es fundamental preguntarse en qué ambiente emocional vivo y de qué forma se está expresando en mi corporalidad. Con el apoyo de Amneris Inciarte aprenderás a tomar el control sobre tus emociones para así liberarte de la obesidad emocional.
Obesidad Emocional
Cuando sufres obesidad emocional, has llegado a la conclusión, consciente o Inconscientemente, de que estar gordo te pone a salvo. Cuando esto sucede, le envías a tu cuerpo el mensaje de que la gordura es el mejor medio para protegerte de las tensiones emocionales de la vida. La comida no es el único factor que alimenta la obesidad emocional, también los patrones de pensamientos aumentan las probabilidades de comer en exceso A veces, lo único que se necesita para resolver la obesidad emocional es reconocer que tu miedo es la causa de tu gordura. Quizás ese reconocimiento no haga desaparecer las dificultades que hay en tu interior, pero dejará de hacer que engordes.
Amenazas emocionales de la obesidad
Si crees que estabas destinado a ser gordo, que naciste para ser gordo, que te mereces estar gordo o si crees que perder peso es difícil o imposible, entonces tu cuerpo engordará o seguirá gordo sencillamente porque estás convencido de ello. Existen tres razones por las que una persona aumenta de peso, estas son: 1• Hambre mental: Tu cuerpo solo comprende una forma de hambre y es el hambre física. Puedes morirte de hambre de amor, diversión, alegría, intimidad, experiencias vitales, o de una conexión espiritual más profunda. Todas estas ansias mentales y emocionales pueden provocar las mismas señales químicas en tu cerebro que las causas físicas del hambre. 2• Miedo a la escasez: El miedo a no tener suficiente dinero o a perder algo que valoras puede enviarle a tu cuerpo el mensaje de que los recursos son limitados, pero el único recurso que el cuerpo comprende es la comida. 3 • Obesidad emocional: Quizá no seas consciente de ello, pero si, en algún nivel, has asociado la idea de que estar gordo te hace estar más seguro o que, de alguna manera, sirve a una necesidad emocional, sufres de “obesidad emocional”. Tu cuerpo te está protegiendo realmente; te hace sentir más seguro emocionalmente. Sobre este último punto (Obesidad emocional) ampliaremos nuestra información en la siguiente publicación.
Razones Emocionales por las que te aferras Inconscientemente a la Obesidad
Tu cuerpo trata todas las tensiones mentales y emocionales como si fueran amenazas físicas. Cada vez que sientes estrés, envías un mensaje químico a tu cuerpo, y ese mensaje es: “Estoy en peligro. ¡Haz algo!”. Tu cuerpo tiene incorporados ciertos programas genéticos de supervivencia diseñados para obligarte a engordar o aferrarte a la grasa siempre que crea que hacerlo te ayudará a seguir vivo. Así que cuando estás disgustado, tu cuerpo cree que corres un peligro físico. Para tu cuerpo, “amenaza” significa que algo te ataca, o que, posiblemente, te estás muriendo de hambre o de frío. A veces, las amenazas mentales y emocionales pueden provocar las mismas señales químicas en tu cuerpo que morirse de hambre o de frío, generando nuevamente la sensación de comer para satisfacer la necesidad de protegerte.
Escucha a tu corazón y a tu cuerpo
Debes comprender que si no consigues bajar de peso es porque tu cuerpo tiene una razón para aferrarse a ese peso extra. La verdad es que tu cuerpo no quiere estar gordo para hacerte daño o castigarte. La única razón de que tu cuerpo esté gordo ahora mismo es porque cree que lo hace por tu bien y mientras ese sea el caso, luchar contra él no servirá de nada y esto te lo hará saber a través de la ansiedad, la depresión, los trastornos de la alimentación y el cansancio que te impide hacer ejercicios. Amneris Inciarte, terapeuta de Conciencia de la Sanación te ayuda a identificar los problemas emocionales que generan tu obesidad, para que empieces a hacerles frente. Junto a nuestra especialista, notarás como ganas energía y entusiasmo y dejas de estar e constante guerra con tu cuerpo.
¿Qué es el hambre emocional?
El hambre emocional o la alimentación emocional es un término que se asocia a problemas como el estrés, la ansiedad, el miedo o la frustración. Consiste en utilizar la comida para sentirse mejor. El paciente, normalmente, come rápido y mucho con el objetivo de saciarse y “acallar” los sentimientos negativos que está experimentando.
¿Cómo afectan los pensamientos a nuestro bienestar emocional y físico?
Se ha demostrado que cada pensamiento genera a nivel cerebral la liberación neurotransmisores y neuro hormonas como (Adrenalina, Dopamina, Noradrenalina, Adreno corticotropina) cuyo efecto en el resto del organismo desencadena una respuesta que será más o menos #agradable en función del tipo de #sustancia liberada. Por lo tanto, si ante situaciones de la vida diaria, el enfoque (los pensamientos) se dirigen predominantemente hacia aspectos que tal vez no nos gusten, y que los mismos signifiquen algo negativo para nosotros, en ese caso las #emociones vinculadas a ella serán miedo, ira, rabia, frustración, etc. Por ello, estar atento a los pensamientos, y filtrar en la medida de lo posible lo que nos afecta, también nos libera de daños a la salud.
El Poder de los Pensamientos Positivos
Cuando nos aceptamos y aprobamos tal como somos, todo funciona bien en la vida. Es como se producen pequeños milagros, porque creamos vibraciones de armonía y paz Nuestra salud mejora, atraemos hacia nosotros abundancia, nuestras relaciones se vuelven más satisfactorias, y empezamos a expresarnos de manera más creativa. Los pensamientos positivos son el poder que te permite crear tu propio destino.
¿Los pensamientos pueden afectar tu salud?
¡Absolutamente sí! Lo que sucede con los pensamientos negativos es que generan vibraciones de discordia, conflicto y sufrimiento Cuando piensas negativamente te desconectas de toda creación y atraes a tu realidad lo que no deseas. Los pensamientos negativos te alejan de todo aquello que quieres ser o llegar a obtener. A lo largo del día somos capaces de crear aproximadamente 60.000 pensamientos, de los cuales el 95% surgen de forma automática, siendo similares en días consecutivos, y de ellos, el mayor porcentaje son negativos (80%). Nuestros pensamientos, forman parte de nuestro «mapa mental» que, junto con las creencias, los valores, las reglas, y el significado que atribuimos a las distintas experiencias a lo largo de la vida, constituyen todos aquellos aspectos que nos hacen únicos y diferentes, y que determinan nuestra forma de percibir el mundo y el entorno en que nos movemos y por ende afectan para bien o para mal nuestra salud. ¿Qué se puede hacer para cambiar el impacto de nuestros pensamientos sobre nuestra vida? 1. En primer lugar: No hacer juicios de valor, atribuir a pensamientos negativos la etiqueta de “malo” no hace más que perpetuar el espiral que nos mantiene en una emoción y un resultado no deseado. 2. Identificar aquellas sensaciones o sentimientos muchas veces incómodos que simplemente nos indican la necesidad de un cambio de actitud. 3. Identificar aquellos pensamientos que necesitamos de soltar para una mejor calidad de vida como por ejemplos: Pensar que somos víctimas (del sistema, de las agendas, de la administración, de nuestro pasado, de nuestros padres, etc.) Pensamientos de “debería”, “tengo que”, (dirigen nuestro foco a una situación de obligatoriedad en la que muchas veces es difícil sentirse motivado) Pensar que las cosas son siempre más fáciles o mejores para los demás (no es así, todos tenemos nuestro propio ritmo y valor, y sólo compararnos con nosotros mismos nos ayuda a superarnos).